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Mostrando entradas de 2014

Lluvia, por la tarde

Vacío a través de la ventana, solo gotas no todas caen algunas se limitan a verme desde afuera estrelladas contra el vidrio de la cocina o detenidas por alguna hoja pegada en el cristal. Yo me siento a tomar mate mientras extraño el cigarrillo y los besos amargos y pienso. Pienso en el tiempo y su paso lento y aplastante pienso en cada promesa incumplida pienso en calles recorridas, en jardines sin flores arrancadas pienso en el pilón de postergaciones que me reclama desde algún rincón de la casa desde el cajón blanco de la mesita blanca del living desde la montaña de hojas garabateadas en la mesa del comedor y pienso en los últimos días y en los primeros. Las despedidas siempre fueron buenas conmigo dejaban pocas marcas alguna que otra borrachera y casi ningún recuerdo. Por eso no entiendo por qué pienso en los finales y en los principios. Quizá sea la lluvia o el mate lavado quizás, el prometedor ronroneo de la gata. Quizá seas vos, acurrucada entre las

"Sobre los trazos de tiza borroneados de una rayuela"*, escrito junto a Carolina Arias

Corría el año 2011 y nos propusimos, junto a Carolina Arias, desafiar nuestros fantasmas y escribir una novela. Luego de quitar hojas, frases, capítulos completos, nos quedó una novela corta, concisa e interesante. Nos necesitábamos mutuamente para esa aventura, ya que ninguno lograba concluir las novelas que nos habíamos propuesto escribir: ella culpaba a su constante impaciencia; yo, a mi paciente inconstancia. Sin embargo, alineados los planetas, listas las lapiceras y las hojas lisas, preparado el mate con su verdor envolvente, nos sentamos durante semanas enterar a escribir en una plaza de Palermo; de largo pasaron los egos y las actitudes de 'divismo', y quizá por ello que decidimos no revelar quién escribió cada capítulo, ya que nos amalgamamos desde el principio. Acá les dejo sólo una pequeña parte de la 'novelita', espero sepan disfrutar de la locura. [Lo que está entre corchetes es el separador que llevaba cada capítulo, en este caso es un microcuento

ELENA*

“y luego, como si le hubieran soltado los resortes de su pena,  se dio vuelta sobre sí misma una y otra vez, una y otra vez” (Juan Rulfo)   –porque ‘no’ y ¡listo! –dijo Elena.       Fue un ‘no’ rotundo y enfático, preciso y determinante; un ‘no’ tan amargo que las palabras que vinieran después estarían de más; sin embargo, el golpe seco del revés de la mano de Mario dejó en claro que ese ‘listo’ no había dado por terminada la conversación.   Ella se frotó el lado de la cara donde el ardor aún se mantenía firme y detuvo las lágrimas antes de que se hicieran evidentes. no voy a llorar , se dijo a sí misma.   Mario la miraba con la impunidad de los que saben que jamás recibirán respuesta. ‘a los perros los acostumbrás a los golpes –le había dicho su padre alguna vez–, se conforman con los huesos’, y él creció viendo a su madre acostumbrarse.      –¿ve lo que me hace hacer? –le dijo Mario con tono amenazante.    Elena no respondió; no dijo nada; no hizo gesto a

Prólogo de "al mundo no le importa si vos llorás"

      Finalmente, este viernes saldrá a la luz (o las tinieblas, según prefiera) mi libro. Sí, hoy me confirmaron que al mundo no le importa si vos llorás  pronto estará en las calles...       Para apaciguar la ansiedad, acá les dejo el prólogo completo que tiene el libro... que lo disfruten...    << Hace un tiempo atrás recibí una pila de papeles y un pedido. Los papeles eran el manuscrito de este libro y el pedido, el de un prólogo. No tardé en abocarme a la lectura y descubrir el particular universo que me proponía este autor.     Ya desde el título, el libro me interpelaba con su ausencia de mayúscula inicial [ este escritor, ¿sabrá escribir, digo yo? ], con su voseo confianzudo, con esa afirmación tan contundente como impertinente [“ no le importa, ¿entendés? ¡qué le va a importar…! ”].    Incitada por la curiosidad y por cierto aire desafiante del título, abrí la primera página y me encontré con el primer cuento, “El camino de regreso”, y con una frase del querid

Misiva enemistosa, a modo de advertencia

Antes que nada, quisiera aclarar que lo que van a leer líneas abajo es una parte que fue "sacada" de mi libro por parte de gente responsable de editarlo. El argumento fue: "revela demasiado sobre cómo querés que la gente interprete tus cuentos"; sin embargo, haciendo uso de mi tan temible y reconocido "olfato", me animaría a decir que fue sacado -borrado, expulsado, ninguneado- simplemente porque no gustó. Quizás por eso, haciendo "justicia poética" con esta carta tan vilipendiada, es que quise publicarla acá, ya que en mi "casa" nadie pone las reglas... ni siquiera yo. Misiva enemistosa, a modo de advertencia                                             “Una historia me recordará. Siempre”                                                                                                     Lima Quintana  A quien lea estas páginas:    Lejos de buscar justificar algo de lo escrito, me animo, cual compadrito pendencier

¿Así que quiero ser escritor?

Bukowski dice en las primeras líneas de su poema  'so you want to be a writer?'  algo así como  if it doesn't come bursting out of you / in spite of everything, / don't do it ; que tradu cido diría más o menos algo como 'si no viene de vos como una estampida, a pesar de todo, no lo hagas'.  Antes que nada, aclaremos unas cuestiones: mi inglés es precario, y mi simpatía por Bukowski, también; no sólo no comparto su punto de vista sobre ciertas cuestiones, sino que, salvo algunos poemas aislados que me conmueven, no encuentro en él la genialidad que cientos de miles de lectores, estudiantes, letrados y críticos ven en este escritor mundialmente reconocido y, aún así, todavía considerado "maldito". Dicho esto, sigo. En su poema, el bueno(malo) de Carlitos, nos dice que el deseo de escribir debiera salir de nosotros como un estallido, un golpe, un huracán; que si esto no ocurre, deberíamos dedicarnos a otra cosa... a contar cuántos agujeros traen la

Incluso

Hubiera dado la vida e incluso hubiera dado hasta la muerte por ver el gesto que hacés al sonreír; por ver cómo arrugás la frente o inclinás la cabeza hacia atrás o cruzás las piernas y encogés los hombros; La vida e incluso, la muerte por ver cómo esbozás esa mueca tan parecida a la sonrisa que hiciste la primera vez que te vi, con tus brackets y tus trenzas algo despeinadas. Te juro no miento hubiera dado la vida e incluso hubiera dado hasta la muerte.                           Cristian Walter                            11 sep 2011

Lo que mata es la humedad

Lo que sangra es el orgullo, el olvido premeditado, los besos que despiertan los murmullos, el rincón de tus recuerdos reciclados. Lo que mata es la humedad, ese adiós sin argumentos, las miradas que reflejan la piedad, los silencios que silencian los momentos. Lo que duele es el después, el vacío de la palma de mi mano, los nunca disfrazados de tal vez , las pasiones eternas de verano. Lo que cansa es nadar contracorriente, trepar sin cuerdas ni escaleras, rodar cuesta arriba en la pendiente, las promesas que prometen primaveras. Lo que aturde es el jamás, la certeza del fracaso repetido, los comienzos que delatan el final. [Las mentiras que perfuman lo oídos]                        Lo que sangra                                         es el orgullo.                                  Cristian Walter             (entre enero y septiembre de 2011)

Tal vez, hoy...

Tal vez, hoy, mientras me lleve la bombilla a la boca y absorba el agua y vea la yerba hundirse hasta el fondo, me anime a responder esa pregunta curiosa que hacés sin hablar -cada vez que me mirás a los ojos-; o quizás repita eso de que              el beso más largo es el que dura un segundo              y te deja sin aire el resto de tu vida, o posiblemente aclare aquello que dije cuando hablé de que quiero que el resto de mi vida                                       empiece ya. Pero ¿sabés qué? No necesito aclaraciones:                        cada vez que te devuelvo el mate vacío              nos miramos,              sonreímos              y, al mismo tiempo,              no preguntamos                                      ¿y por qué no?                    Cristian Walter                     15 May 2011

al mundo no le importa si vos llorás (el porqué, Parte II, y cuento)

En otra oportunidad hablé sobre el libro que da nombre a este blog ( mi fondito , creo que lo llamé), y dejé para otro momento esto de hablar sobre el cuento que da nombre al libro... es como si abriera una matrioska para sacar la que está adentro, y lo hiciera en un lapso de semanas entre una y otra. Pero bueno, la cosa es que el cuento al mundo no le importa si vos llorás, que está completo lineas más abajo, surgió sin querer, sin ser buscado, y fue escrito de un tirón, de principio a fin; si bien padeció algunas modificaciones, debo reconocer que el estilo con el que lo escribí siempre estuvo claramente definido. Es más, siendo justo con el resto del libro, este cuento fue el que definió el tono del resto de los cuentos. al mundo no le importa... da origen al libro: no sólo le da nombre, sino que direcciona las historias y los matices que cada una tiene. Marca un antes y un después en la elaboración del libro como concepto, porque cuando comencé a pensar estas historias -todas