¿Qué decir de uno mismo que no suene a exageración o falsa modestia?
Uno siempre camina en el límite y tal vez por ello se hace difícil contar quiénes somos sin que nos dé algo de vergüencita el hacerlo.
Antes que nada, soy escritor. No recuerdo desde hace cuánto, ni puedo presentar títulos que avalen mis palabras, pero lo cierto es que lo soy. No solo porque tengo libros publicados, sino porque así me autodefino.
Pocas veces, o ninguna, he tenido la oportunidad de concurrir a una fiesta [velada, exposición, mitin político] y ante la rutinaria pregunta de "¿A qué te dedicás?" recibir un "¡qué buen trabajo!", cuando yo respondía :"Soy escritor". Quizás ese sea el motivo por el que decía inmediatamente, "pero hago otras cosas para sobrevivir".
El arte no garpa, lo sé; ni siquiera ayuda para mantener una relación amorosa a largo plazo, pero no existe otra cosa a la que quisiera dedicarme.
He probado otras profesiones, lo juro, pero jamás me animé a confesarlas.
Ser escritor es lo que elijo, lo que llena mi espíritu aunque no mis bolsillos.
Ser escritor es lo que elijo, lo que llena mi espíritu aunque no mis bolsillos.
Escribo porque no concibo el mundo de otra manera, ni siquiera me veo a mí mismo haciendo otra cosa que no sea contando historias, componiendo poesías, plasmando esa sensibilidad que tanto digo tener.
Tengo tres libro publicados, dos en solitario, y una buena cantidad de locuras más, publicadas en revistas, fanzines, libros ajenos y antologías. En esta isla ciberconectada-ciberaislada dejo las locuras que generalmente no publico en otro espacio, ya sea por desidia, desinterés o simple modorra.
Espero que hurguen entre estos cajones revueltos, que desordenen a gusto y placer y, si encuentran algo que sea de su agrado, lo pueden llevar sin problemas.
Tengo tres libro publicados, dos en solitario, y una buena cantidad de locuras más, publicadas en revistas, fanzines, libros ajenos y antologías. En esta isla ciberconectada-ciberaislada dejo las locuras que generalmente no publico en otro espacio, ya sea por desidia, desinterés o simple modorra.
Espero que hurguen entre estos cajones revueltos, que desordenen a gusto y placer y, si encuentran algo que sea de su agrado, lo pueden llevar sin problemas.
Saludos cordiales,
Cristian Walter