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Mostrando entradas de 2015

No es casual

No es casual que quiera gritarle al mundo que aún existo que llevo tu aliento apretado contra mi pecho, embarrándome de pies a cabeza mientras me ata los tobillos. No es casual que te piense en la soledad de la cocina sumergido en el humo de mi pipa y cegado por el brillo de la pantalla. No es casual que te busque en cada recoveco de la casa en la alacena,  detrás de las verduras, dentro del frasco de café en fondo húmedo del mate. No es casual que no sepa respirar sin tu recuerdo que no pueda caminar sin el remolino que provoca tu cadera sin la turbulencia que deja tu andar. No es casual que todo te traiga a mi cabeza el sonido de los pájaros,  los ladridos de Manyula, el goteo insistente de la canilla de la cocina. No es casual que revise tu respiración cada segundo de la noche que duerma intranquilo en tu abrazo que me pierda en el movimiento de tus párpados. No es casual, lo sé; quizá por eso te escribo.                                                    

El idioma hegemónico*

  –¿y ése? –preguntó curiosa.   –Ése tiene forma de elefante –respondió la otra con aires de docente; aunque no sabía si era un elefante porque no conocía los elefantes, o los conocía pero no los llamaba elefantes; ese nombre fue impuesto por ellos, por aquellos, por los otros, no por ellas. Ellos nombraban a las cosas, rotulándolas con un idioma desconocido, con un idioma que a garrotazos fue llamando tigre a los tigres, cebra a las cebras, elefante a los elefantes. Ellas repetían el idioma hegemónico sin entender bien por qué lo hacían.   –¿y aquél? –preguntó de nuevo la más chiquita.   –¡qué sé yo! –respondió la otra con fastidio, mientras seguía mirando hacia abajo tratando de encontrarle forma a las  cosas.   Luego, aburrida por el juego y abatida por la conformidad general, abrió su pecho y abandonó su amargura sobre la Tierra.   Esa tarde llovió sesenta milímetros sobre el zoológico de la Capital. Quienes caminaban cerca juraban que el agua de la lluvia tenía un tri

*Esa pelotita

  Tiemblan las sombras de frío y tiritan detrás de las lápidas. Saben que el aullido de la tierra húmeda es provocado por cada maquinalmente calculado cuchillazo de la pala de punta que la penetra, al tiempo que brilla resplandeciente y deja escapar la sonrisa socarrona.   La brisa siente miedo y se queda agazapada en un rincón del cementerio.   Las hojas evitan el bailoteo y los árboles están más silenciosos que de costumbre.   El perro se lamenta la pérdida de su amo y se pregunta por qué cruzó la calle en busca de esa pelotita color rojo sangre. *publicado en TRAZOS TRIZAS TROZOS (cantamañanas, 2011)

Tan insuficiente [adaptación libérrima de otra locura lírica escrita hace tiempo]

Ya no tengo nada que perder, no queda nada que ocultar, ni redoblo mis apuestas. Por esta ilusión de merecer que el tiempo debe perdonar a los que no tienen respuesta, voy atravesando la pared porque es difícil, hoy, volar, y no tentarse en los balcones. Y aunque sea imposible de prever,        ya ves, me cuesta respirar                             con tanta mierda en mis pulmones. Hoy todo es tan de menos tan de más                  tan insuficiente. Hoy todo es tan ajeno tan mortal                  inevitablemente Cargo en mi espalda los porqués de la discusión con mi destino y alguna que otra yerba. Y aunque esquivo con astucia los tal vez ,  me choco en mi camino  con Sísifo y su piedra. Voy rodando junto a mi niñez y el tipo que ya no seré me pide explicaciones; tras los pasos de alguna mujer [pálida e infiel] encuentro sus razones. Hoy todo es tan de menos tan de más                  tan insuficiente. Hoy to

Hasta luego (Serie Negra, poema VI)

Quisiera conocer tu idioma para decirte gracias hasta luego. Quisiera poder comunicarme con vos, aunque sea con un ronroneo o un áspero lengüetazo. Quisiera oirte arañar la puerta de entrada para pedirme comida una caricia o saber que aún estoy vivo Quisiera poder saltar como vos jugar como vos amar como vos. Cómo me encantaría saber que mañana, cuando las putas obligaciones me reclamen, y cuando mi persistente cobardía me obligue a acudir, vos vas a estar en la puerta para despedirme y para verme llegar. Como me encantaría ver las marcas de tus pasos en el sillón, la marca de tu reposo en mi almohada. No sabés cuánto deseaba que conocieras a Cata, que jugaras con ella, que seas compinche de sus macanas. No sabés cuánto te extraño, ni cuánto te necesito; no lo sabés porque sólo conozco estas palabras, porque por más que deseara saber tu idioma para decirte gracias hasta luego, por más que deseara que vos estuvieras rompiendo los brazos de sillón negro,

Mientras acaricio tu espalda chiquita

La habitación se achica, el techo baja, apretándome certero contra las sábanas. ¿A quién le importa si es domingo o martes cuando puedo oler desde acá tu perfume a vida nueva a conciencia de estreno? ¿Quién necesita de espejos si con tus ojos el reflejo que proyecta mi silueta cansada rejuvenece sin mendigar parpadeos, sin pedir una vuelta más alrededor de la cama? La distancia se espesa; la luz se desvanece; mi sombra mi aburrida y obsoleta sombra mi cansada sombra mi abrumada sombra busca explicaciones o un abrazo o alguna mueca de que es cierto eso de laputaquevalelapenaestarvivo o simplemente un "quedate tranqui, viejo". Y tu respiración tu monocorde tu aliviadora respiración tu sinfónica tu salvadora respiración aparece atraviesa me perfora el pecho las ganas el tiempo deja un hueco,  un agujero negro y se queda,  desplazando y reemplazando  haciendo de ese todo [casi nada] un nuevo todo redecorando tirando abajo paredes enmohe

Tempestad

Siglos de soledad fría mañana turbia. En esta tempestad,                                                 desangrándote. Sombras en la pared el tiempo que no llega; un después que tiende a                                                      desaparecer. Nubes de cal cubren mi ventana gris; en la oscuridad busco tu luz. El destino apuesta por última vez. En la oscuridad, enlaoscuridad , tu luz. Se marchita el sol con sus besos rabiosos. El silencio viene                                                  sin saber de vos. Ríos de sal tiñen tu grito febril; en la oscuridad busco tu luz. Agoniza el sueño sin saber por qué. En la oscuridad de esta tempestad, tu luz.                                                                        MARZO 2013

Catalina trae

Catalina trae su sonrisa de otro tiempo, de otra era dibujando estelas en el aire y porvenir, prometiendo nuevas esperanzas, rodillas raspadas, lágrimas y sal. Catalina trae promesas de peleas en la mesa de montones de 'no-entendés-nada' de portazos que gritan los deseos de escapar. Catalina trae un olor a sangre nueva, a tierra mojada, a pasto húmedo, a corridas con Manyula , a lengüetazos con Poti , a ronroneos con la Negra, a barro hasta la garganta. Catalina trae un nuevo ritmo, un nuevo bombeo de la sangre una nueva contracción del corazón ajena al sístole y diástole, más que mejor, diferente. Catalina trae un tiempo más lento que ya no sabe de horas o segundos que ya no respeta minutos ni meses. Catalina trae un tiempo que se mide  en sonrisas en dibujos de estelas en nuevas esperanzas en rodillas gastadas en lágrimas y sal en promesas de peleas en la mesa en portazos con deseos de escapar. Catalina trae su sonrisa casi inexistente, de